El jueves a las 10 de la mañana tomamos el bus a San Miguel de Tucumán, capital de la provincia, y desde allí otro bus a San Salvador de Jujuy. Regresamos al norte por otro lado, tomando la ruta 9; esta carretera llega hasta La Quiaca, el paso fronterizo con Bolivia situado más al norte del país. La ruta pasa por numerosos pueblitos que conservan aún la esencia de la cultura indígena en sus artesanías, vestidos, casas, música, danza, alimentos... El folklore argentino más auténtico que hemos sentido hasta ahora.
Hacemos noche en Yala, un pueblito 14 km al norte de S.S. de Jujuy, por no quedarnos en la ciudad, en una especie de motel de carretera. De película. A la mañana siguiente tomamos un bus hacia Purmamarca, un pueblo chiquito y encantador situado al pie del famoso Cerro de los 7 Colores. Por la tarde hacemos la caminata por los alrededores del pueblo y el colorido del paisaje es único, te rompe la cabeza!; no son 7 los colores, son muchísimos más: marrones, rojos, violetas, verdosos, rosáceos, amarillos, grises... y también dependiendo de cómo le da el sol, va cambiando de tonalidad, y las nubes, de un blanco impoluto, le dan el toque mágico a este carnaval que cada día celebra aquí la Pachamama. No hacemos más que agradecer el poder estar aquí y disfrutar de este importante momento vital.
El sábado seguimos nuestro recorrido hacia el norte por la ruta 9 y paramos en Tilcara. Estamos a 2500 m sobre el nivel del mar y lo notamos bastante. El pueblo es bastante grande, rodeado por los cerros y un poquito de verde, calles sin asfaltar, casas hechas con barro, paja y madera, gentes que viven de la plata que los visitantes como nosotros dejamos en el lugar, y otras gentes auténticamente indígenas, que labran la tierra o manifiestan su arte en la cerámica, la madera o las ropas que venden en los puestitos de la plaza. Pasamos 3 días en este pueblo, recorriendo las montañas, las calles, el mercado, el museo arqueológico, y el pueblo abandonado del Pukará, un impresionante lugar en lo alto de un cerro cercano, donde lo único que suena es el viento y nuestros pasos, donde se respira la esencia de una antigua ciudad habitada por los collas y más tarde por los incas, un punto estratégico de batallas y intercambios comerciales en aquellos tiempos y desolado en el ahora...
El martes 2 de diciembre, cumple de Rober, viajamos hacia Humahuaca, otro pintoresco pueblito de la quebrada; encontramos la sede de una ong llamada "omahuacas", que trabaja con todas las comunidades indígenas de la zona, y hablamos un buen rato con uno de los encargados, pero lamentablemente están cerrando el año y todos los proyectos los van a realizar dentro de 2 meses. Seguiremos intentándolo, tal y como venimos haciendo hasta ahora.
Hacemos noche en Yala, un pueblito 14 km al norte de S.S. de Jujuy, por no quedarnos en la ciudad, en una especie de motel de carretera. De película. A la mañana siguiente tomamos un bus hacia Purmamarca, un pueblo chiquito y encantador situado al pie del famoso Cerro de los 7 Colores. Por la tarde hacemos la caminata por los alrededores del pueblo y el colorido del paisaje es único, te rompe la cabeza!; no son 7 los colores, son muchísimos más: marrones, rojos, violetas, verdosos, rosáceos, amarillos, grises... y también dependiendo de cómo le da el sol, va cambiando de tonalidad, y las nubes, de un blanco impoluto, le dan el toque mágico a este carnaval que cada día celebra aquí la Pachamama. No hacemos más que agradecer el poder estar aquí y disfrutar de este importante momento vital.
El sábado seguimos nuestro recorrido hacia el norte por la ruta 9 y paramos en Tilcara. Estamos a 2500 m sobre el nivel del mar y lo notamos bastante. El pueblo es bastante grande, rodeado por los cerros y un poquito de verde, calles sin asfaltar, casas hechas con barro, paja y madera, gentes que viven de la plata que los visitantes como nosotros dejamos en el lugar, y otras gentes auténticamente indígenas, que labran la tierra o manifiestan su arte en la cerámica, la madera o las ropas que venden en los puestitos de la plaza. Pasamos 3 días en este pueblo, recorriendo las montañas, las calles, el mercado, el museo arqueológico, y el pueblo abandonado del Pukará, un impresionante lugar en lo alto de un cerro cercano, donde lo único que suena es el viento y nuestros pasos, donde se respira la esencia de una antigua ciudad habitada por los collas y más tarde por los incas, un punto estratégico de batallas y intercambios comerciales en aquellos tiempos y desolado en el ahora...
El martes 2 de diciembre, cumple de Rober, viajamos hacia Humahuaca, otro pintoresco pueblito de la quebrada; encontramos la sede de una ong llamada "omahuacas", que trabaja con todas las comunidades indígenas de la zona, y hablamos un buen rato con uno de los encargados, pero lamentablemente están cerrando el año y todos los proyectos los van a realizar dentro de 2 meses. Seguiremos intentándolo, tal y como venimos haciendo hasta ahora.
Humahuaca es la capital cultural de toda esta zona, en el centro se encuentra el monumento a la independencia, del cual nos explica su historia un niño indio, todo dicho de carrerilla y sin pausa, con lo que no nos enteramos prácticamente de nada.
Hacemos noche en un hostal barato y al día siguiente salimos hacia Iruya, que está en la provincia de Salta, en un microbus auténtico como el que más, por un camino de tierra que va recorriendo en eses las montañas, atravesando arroyos y sorteando a los burros que andan por el camino. 60 km en tres horas. Al llegar al límite entre Jujuy y Salta un cartel indica que estamos a 4000 m sobre el nivel del mar, hce un frío de cogarse y viajamos a la misma altura que las nubes. Al llegar al pueblo nos ofrecen alojamiento en una casa por 10 pesos y no lo dudamos.
Es el pueblo más recóndito que hemos visto hasta el momento, redeado por montañas de variados coloridos, cuyas cimas coronan las nubes, calles de piedra que suben y bajan en agudos ángulos, casas con las puertas abiertas, gentes tranquilas, casi todos de rasgos indígenas, con su particular forma de hablar, con la humildad en la mirada. Nos cargamos de energía limpia en este lugar.
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