sábado, 18 de abril de 2009

CARACOL COL COL, SACA TUS CUERNOS AL SOL...


Y
ahora
podemos decir
que hemos hecho realidad un sueño
que hemos vivido una experiencia única
que hemos aprendido en cada rincón y en cada instante
que hemos sufrido
que hemos disfrutado
que nos hemos sentido extraños
que nos hemos sentido como en casa

Podemos decir
que somos diferentes
que valoramos más las cosas
que nos sentimos cada día más unidos
que estamos en paz con todo
que la vida nos enseña todos los días
que nos sentimos llenos de nueva energía

Podemos decir
que seguiremos soñando toda la vida
que el amor y la sonrisa son cosas necesarias
que hemos de respetar a todo el mundo
que no hay que arrepentirse de nada

que
aunque no nos movamos

somos como caracoles

de aquí para allá

con la vida en la mochila a cuestas...



Este blog está dedicado a todas las personas que lo han leído,
en especial a nuestras mamás,
que se lo saben casi de memoria... ; ) ...
Gracias a todos por acompañarnos desde la lejanía



martes, 31 de marzo de 2009

22 FEB: CRUZAMOS EL RÍO DE LA PLATA: URUGUAY












El domingo por la tarde tomamos el buquebus, barco que atraviesa el Río de La Plata desde Buenos Aires a Colonia; en una horita estamos en Uruguay.

Llegamos sin problemas a esta tranquila ciudad de calles adoquinadas y muros de piedra, que como su nombre indica, conserva en su barrio histórico construcciones antiguas de la época colonial.

Nos instalamos en el hostel "el español", lindo y barato, y ya desde el principio sentimos la tremenda amabilidad de los uruguayos. La ciudad es chiquita, situada a orillas del enorme río; recorremos las principales calles, subimos a lo alto del faro, bordeamos la costanera...

El martes por la mañana tomamos un bus hacia la costa atlántica, la zona este del país, y vamos a parar a Punta del Diablo, un pueblito de pescadores situado entre las dunas a orillas del mar. El cámping en el que acampamos está llenísimo de gente, pero está muy bueno porque tiene una pileta enorme y dispone de servicio de bus a la playa, que queda un poco lejos (el bus tendrá 50 años, no sé cómo hacen para que anden esos cacharros...). A pesar del kilombo turístico, la playa es espectacular. Caminamos un rato entre las dunas hacia el norte y encontramos otra playa menos saturada; ahí montamos nuestro quincho con dos palos y un pareo y pasamos el día a orillas del atlántico.

El jueves continuamos por la ruta dirección sur y nos bajamos en Valizas, pasando con el ómnibus por pueblitos encantadores como Castillos o Aguas Dulces: calles de arena, casitas de colores con tejado de dos aguas y con sus jardincitos, la gente sentada en la calle con sus sillas de playa tomando mate a todas horas...

Es curioso el fenómeno del mate: hay como una especie de "pique" entre uruguayos y argentinos porque toman el mate de diferente manera. Todo cambia de un país a otro: la hierba, el mate, la bombilla, la preparación, todo es diferente. Aprendemos a tomarlo también "a la uruguaya", a base de consejos y sugerencias que nos lanzan todos los que nos ven y gratamente se sorprenden de ver a dos españoles tomando mate.

En Valizas nos instalamos en casa de una señora que ofrece su jardín para acampar, así que nos sale barato y nos encanta poruqe hay un ambiente más familiar, unas 10 carpas, mucho más tranquilo. El pueblo es muy acogedor, las casas parecen construídas por los propios dueños, las calles sin asfaltar, la gente andando descalza, barecitos que ofrecen pescado y empanadas, la placita central con sus banquitos pintados de colores, artesanos en cada esquina... re-buena onda, como dicen por acá.

Por la tarde hacemos una caminata desde la playa de Valizas hasta Cabo Polonio,unos 6 km atravesando las dunas y bordeando la costa. Qué belleza, la costa en su más puro estado salvaje. Integrarse en este tipo de paisajes es terapia, te llena de pureza, te alimenta el alma. Al llegar a Cabo Polonio se pone a llover, pero hace calor, así que no nos importa nada. El Cabo es un pueblo pequeño situado entre dunas; según nos cuentan, hace años era una comuna de unas 10 familias, pero poco a poco se fue convirtiendo en un lugar de atractivo turístico y, aunque sigue siendo pequeño, el pueblo ha crecido un montón. Es un lugar bastante "irreal" en este sentido, todo está montadito para el que viene de fuera, no se respira ambiente de vida de pueblo sino de vida turística. De todos modos nos encanta. Regresamos caminando bajo la lluvia y llegamos casi de noche, un paseo inolvidable.
El viernes levantamos campamento y nos movemos unos km más hacia el sur por la llamada ruta del sol para parar en La Paloma. Ahí hemos quedado con Luciana y Agustín, que se vienen a pasar el fin de semana. Nos instalamos en el cámping de la playa de La Aguada, entre enormes pinos y eucaliptos, aromaterapia natural. La Paloma es mucho más grande que los pueblos que venimos viendo; geográficamente está situada en una punta, así que tiene un montón de playitas, todas juntas, por unas amanece y por otras cae el ocaso. Están todas llenas de casitas, cada una con su particular diseño. El sábado por la mañana recorremos a pie las orillas de La Aguada y Antoniópolis y por la tarde admiramos la puesta de sol desde la playa de La Balconada, espectáculo en el cual no faltan los aplausos del público asistente al final de la función. Compramos pescado para asar con verduritas y por la noche nos ponemos las botas cenando. El domingo pasamos el día en otra playa, La Pedrera. Por la noche se nos viene encima un tormentón y decidimos meternos en una cabaña que nos dejan a buen precio. ¡De la que nos libramos! Viento, relámpagos, piedra, lluvia fuerte...se nos hubiera inundado todo.

El lunes partimos; Agustín y Luciana nos llevan en su coche hasta Piriápolis, pero de camino hacemos unas paraditas: Punta del Este, la playa más "top" del Uruguay, todo mansiones, edificios de lujo, shoppings, inmobiliarias...; y después paramos en Punta Ballena para visitar la Casa pueblo, casa museo del artista Carlos Páez Vilaró, un hombre con una vida intensa y una obra bellísima. Su hijo fue unos de los supervivientes del accidente de avión que hubo en la Patagonia chilena, del que luego se hizo la película Viven. Una visita muy recomendable.

Nos despedimos de los chicos, que amablemente nos dejan en un camping de Piriápolis, con la certeza de que tarde o temprano nos volveremos a encontrar, con la esperanza de que vengan a visitarnos a España, con el sentimiento de gratitud hacia la amistad que hemos forjado en este viaje.

En Piriápolis pasamos un par de días tranquilos y el miércoles partimos hacia nuestro último destino, Montevideo, desde donde tomaremos el aéreo de vuelta a casa. La capital del Uruguay es pequeñita, acorde con el país, y bastante tranquila para ser una cuidad.

Nos cuesta creer que regresamos a casa; ya fue, pasaron 5 meses, nos toca volver al hogar estático, a re-encontrarnos con nuestra gente, a re-hacer nuestras vidas... Al fin y al cabo, ya es hora, ya tenemos ganas...

sábado, 14 de marzo de 2009

21 FEB: BUENOS AIRES





Hay mucha gente que dice que si viajas a Argentina, tienes que ver Buenos Aires, cómo no, tan grande y linda ciudad, no te puedes ir sin verla. Nosotros no somos de ciudades, preferimos la belleza que nos brinda la naturaleza, y no hemos sentido en todo el viaje interés especial por visitar la ciudad que mueve todo en este país. Pero unos amigos de San Nicolás se ofrecen para hacernos una visita guiada el sábado, para llevarnos a los lugares más emblemáticos del centro y ver, aunque sea por un sólo día, cómo es la capital.

Así que nos levantamos bien prontito y salimos de madrugada, Agustín, Luciana, Balbina, Rober y yo, con el auto a rebentar con nuestro equipaje. Llegamos a las 9 de la mañana, dejamos los trastos en el departamento de Balbina y empezamos el tour.

Barrio de Boca y Caminito para empezar, buena hora porque los ladrones no suelen madrugar y es un barrio donde roban mucho a los turistas. Una zona linda, junto a río, lugar donde se situaba el antiguo puerto; se conservan casas antiguas construídas con materiales como maderas, uralita, fierros, todo reciclado, la gente se hacía su hogar como podía, y pintadito de colores, que le dan un toque de alegría y buena vibración. Y Caminito es una calle más de este barrio, famosa porque Gardel la convirtió en tango.

Seguimos por Palermo, la plaza central llena de artesanosy rodeada de bares y cafés, donde la gente con guita se sienta a tomar cualquier cosa, y donde cada tarde se baila tango al son del bandoneón.

La cuidad que vamos recorriendo en coche es como cualquier gran ciudad (si nos dicen que estamos en Madrid, nos lo creemos), con sus clasicones edificios de gobierno a lo colonial, rascacielos, grandes avenidas, tiendas y gente que compra y más tiendas y más gente que sigue comprando. Ésta es la parte del centro; la periferia está llena de villas, lugares donde se asienta la gente más pobre, la mayoría de la cual sobrevive como puede, sacándoles a los que tienen mucho o simplemente más que ellos, o atrapados en tráfico y consumo de sustancias prohibidas. Esa parte de la sociedad que siempre será un problema y que al fin y al cabo es la consecuencia inevitable del sistema de vida que promueve el sistema. La desigualdad social en extremo, la triste realidad que se vive en las grandes urbes de todo el mundo. Por eso preferimos la naturaleza y los pueblos que viven en armonía con ella; hemos recorrido mucho país y toda la violencia, delincuencia y demás ocurre sólo en el centro, el resto duerme con las puertas abiertas, pasean tranquilos, viven humildemente.

Cenamos en un restaurante donde un señor ameniza tocando el bandoneón y cantando míticos tangos (no es cosa fácil, un crac el hombre); y después a descansar, la energía que fluye en las ciudades latinoamericanas es realmente fulminante.

viernes, 13 de marzo de 2009

17 FEB: ÚLTIMA VISITA A SAN NICOLÁS: DULCES BIENVENIDAS, DURAS DESPEDIDAS...

El martes dejamos atrás la sierra cordobesa y partimos de nuevo hacia San Nicolás para encontrarnos con Gonzalo y con toda la familia y amistades que se han creado en aquel lugar durante este largo caminar por la Argentina.

La casa de los Nadal ha significado un auténtico hogar para nosotros, con todo lo que la palabra conlleva: sentirse parte de un lugar, de una familia, de un círculo amistoso. Es admirable cómo toda esta gente linda se ha volcado con nosotros, cómo nos han ayudado a sentir la cercanía, pasando a ocupar un rinconcito bien arraigado en nuestros corazones.

Y el encuentro con Gonza fue genial, contactar con él y, de alguna manera, con todo lo que allá se mueve sin nosotros. Ha sido un continuo conversar, compartir, contar historias personales, pasear por la costanera, admirar las estrellas... un verdadero ejercicio de pura amistad.

En estos 5 días atamos cabos para emprender la última etapa del viaje: compramos el boleto de vuelta, reorganizamos mochilas y decidimos pasar nuestros últimos días en Uruguay. Nos despedimos, uf!, qué extraña sensación la de no regresar, pero al mismo tiempo, tan familiar. Nos vamos, el tiempo nos lleva a otro lugar, y nos llevamos a Laura, Dorito, Lucía, Leo, Agus, Gloria, Euge, Rodri, Juanpi, Cheke, Raúl, Axel, Luciana, Agustín, Maxi, Olga, tantos y tantos más; forman parte de todo lo mejor que hemos conocido en este gran país.

lunes, 23 de febrero de 2009

8 FEB: HACIA EL CORAZÓN DEL PAÍS: CÓRDOBA



Tomamos un bus directo San Martín- Córdoba, de manera que viajamos desde el domingo a las 8 de la mañana hasta el lunes a la misma hora. Al llegar a Córdoba, como no tenemos ganas de quedarnos en la ciudad, tomamos un colectivo que nos lleva a Mina Clavero, pueblecito en el camino a Traslasierra, tres horitas más. Llegamos rebentados: camping junto a l río, traje de baño y a la playa. Tarde tranquila y noche de luna llena.

Nos quedamos tres días junto al río y después viajamos hacia Tanti para quedarnos 5 días en una reserva naturista llamada Yatan Rumi, a unos 15 km del pueblo siguiendo el sinuoso camino hacia la cordillera de "Los Gigantes". El lugar comprende 1200 hectáreas de plena naturaleza: vegetación muy similar a la mediterránea, arroyos, riachuelos y cascadas, muchas vacas pastando los montes y unas vistas impresionantes de todos los pueblos de la zona, ya que estamos a unos 1500 m sobre el nivel del mar.

Acampamos junto a la casa, centro neurálgico de la reserva, de la cual nos dejan disponer para utilizar la cocina, el baño y el salón. Desde el principio hacemos muy buenas migas con Ale, el encargado, que se ríe un montón con Rober. También conocemos a mucha gente acá, sobre todo cordobeses, gente muy copada, con esa graciosa forma de hablar y amables hasta la médula. Disfrutamos de los momentos de sobremesa de las cenas o los mates al atardecer, en los que las interesantes conversaciones espontáneas nos muestran la más pura realidad de este país, narrada por gente que ha vivido y vive todos los desbarajustes que provocan los corruptos políticos que manejan el gobierno. Y, cómo no, las caminatas por el monte, los baños en los arroyuelos y saltos de agua, los atardeceres guitarra en mano, la tranquilidad.

El fin de semana llega muchísima gente (de unas 8 personas que éramos, pasamos a ser 80) con motivo de la celebración del aniversario de la reserva. El domingo se forma un kilombo bárbaro. Nos agobia un poco, de repente se rompe la serenidad de la que veníamos disfrutando, pero también aprendemos de la experiencia y le sacamos su parte positiva: el observar a esta gente y reconocer enseguida a la que vale la pena conocer para compartir un ratito de pura vida y a los falsos naturistas, snobs truchos que sólo están acá para aparentrar que son alternativos, como si de una moda se tratase.

El úlitimo día en Tanti almorzamos con Ale en medio de la sierra, junto a las ruinas de una vieja casa, rodeados de vacas y al son del riachuelo que corretea cerca. Al despedirnos, por la tarde, nos da mucha pena el saber que no volveremos más; Ale es una de esas personas que nos llevaríamos a casa escondidita en la mochila. Hemos visto poco de Córdoba pero, la verdad, cuando llevas tanto tiempo viajando, admirando paisajes, lugares de interés, museos, en fin, haciendo turismo, te cansas, te agotas. El cuerpo te pide parar, la cabeza necesita situarse en el espacio; es un sentimiento extraño pero cualquiera lo puede entender: somos sedentarios, no estamos acostumbrados al nomadismo constante, y llega un momento que la tienes clara: se acerca el final del trayecto...

viernes, 20 de febrero de 2009

4 FEB: LOS 7 LAGOS: DESDE VILLA LA ANGOSTURA A SAN MARTÍN DE LOS ANDES (PROVINCIA DE NEUQUÉN)












Durante el trayecto en bus hacia Villa La Angostura empieza a llover, así que paramos en este pueblo para buscar techo. Por suerte encontramos a un hombre, nativo del lugar y descendiente de mapuches, que nos ofrece una cabaña bastante barata (ya que este lugar es carísimo, turismo de lujo). La cabaña está como a medio construir, n está empisada, no tiene camas, pero sí cocina, baño y estufa, así que no lo dudamos: dormimos en el suelo pero bien calentitos. Nos quedamos dos días, una vez más atrapados por la lluvia, incluso el agua nieve, casi sin poder salir. Pero ha sido muy bueno encontrar la cabaña, hace mucho frío en la montaña.

El viernes por fin sale el sol, así que tomamos el bus hacia la ruta de los 7 Lagos, camino hacia San Martín de los Andes. El trayercto es de una belleza única, una vez más flasheamos con estos paisajes, los lagos son enormes y están rodeados de grandes montañas cubiertas de pinos, alerces, abetos y qué sé yo. Sinceramente, estos lugares son de lo más lindo que vimos en la vida.

Paramos en el Lago Villarino y acampamos en una zona libre. Elegimos un lugar muy tranquilo, cerca de la playita que forma el lago, carpamos y vamos a buscar leña para cocinar y calentarnos en la fría noche que nos espera. Después de cenar una rica sopa de calabaza y cebollitas asadas, matenemos un rato el fuego para entrar en calor. Pero la noche la pasamos helados de frío, casi sin poder dormir, con la humedad adherida a los huesos. Tenemos sacos de verano y aún abrigados hasta los dientes, no se pasa este frío húmedo que provoca el lago. Así que al día siguiente decidimos partir, el lugar es increíble, pero el frío nocturno no se puede soportar.

Hacemos dedo en la ruta hacia San Martín pero no nos levanta nadie, así que termenamos en el bus. Al llegar a la terminal compramos boleto para viajar a Córdoba la mañana siguiente. Hacemos noche en una casa particular muy humilde, en barrio de montaña, a las afueras. Tienen un lugar con 3 o 4 habitaciones, cocina y baño. Compartimos cena con otros huéspedes y por la noche salimos un rato, es un lugar muy tranquilo y no hay peligro.

La verdad es que lo que se piensa en europa de Latinoamérica, de Argentina, es un poco exagerado. Me refiero a la peligrosidad de las calles, la delincuencia; todo eso ocurre en las grandes urbes, sobre todo del centro del país. El norte y el sur son lugares donde la gente vive con las puertas de las casa abiertas y son un sol de amabilidad y hospitalidad.

28 ENE: EL BOLSÓN- BARILOCHE (RÍO NEGRO)








El pueblo de El Bolsón fue durante la época de las dictaduras el refugio donde venían a parar los perseguidos y fue fundado por ellos, sobre todo gente del mundo del arte, músicos, escritores y demás, peligrosos perturbadores del orden militar. Lo que empezó siendo una especie de comuna hippie hoy es un pueblo de lo más turístico, con su gran hipermercado y sus tiendas de souvenirs. Hay mucha gente, mucha; esta época acá es como el agosto español, todo el mundo anda "de joda".

Nos quedamos un par de días y lo más interesante que hacemos es ponernos a tocar en la calle; no sacamos ni un peso, pero nos encanta, y la verdad es que hay bastante gente que se queda con la onda que le tiramos, se sientan, escuchan, preguntan... Con eso es más que suficiente.

El viernes 30 tiramos hacia Bariloche; es curioso, esperando el bus en la plaza, en El Bolsón, nos encontramos de nuevo con Jordi y Berta, los amigos de Barcelona con los que compartimos viaje en Misiones y en Brasil durante el mes de octubre, con los que nos volvimos a encontrar de sorpresa en medio de la caótica ciudad de La Paz, en Bolivia... Increíbles estas coincidencias de la vida ( Xè nois!, això no és casualitat, i estem segurs de que la vida ens tornarà a creuar en algún altre lloc d'aquest inmens món pel que viatgem...i serà un plaer, com sempre, tornar-vos a vórer: PURA VIDA!)

En Bariloche, Ezequiel y Joaquín, amigos de San Nicolás, nos acogen en su cabañita de madera. Pasamos 5 días con ellos; viven alejados del centro, en la montaña, cerca del cerro Otto, el cual subimos un día para admirar las vistas que ofrece del gran lago Nahuel Huapi. La ciudad es muy muy turística; en el mirador Otto hay un teleférico que te deja en un shopping, de locos... Pero a la gente le encanta.

El 1 de febrero la abuela Isabel vuela hacia las estrellas. Me entran unas ganas tremendas de estar en casa, cerca de mi familia. Además, al leer los mails de nuestra gente, es como si una pequeña energía nos empujara hacia allá. Empezamos a sentir cada vez más las ganas de regresar, re-encontrarnos, recuperar el hogar estático.

Pero el viaje continua: el miércoles 4 de febrero partimos hacia Villa La Angostura para emprender la Ruta de los 7 Lagos...