El dia 22, mientras en España todos esperan la llegada de las fiestas, nosotros nos pasamos parte del día y toda la noche viajando: desde Villa Tunari a Cochabamba ( 3 h y media) y de Cochabamba a Sucre (desde las 7 de la tarde hasta las 6 de la mañana). Duro viaje en un bus viejo, estrecho, lleno de gente que duerme hasta en los pasillos y en los maleteros, poco ventilación, olores fuertes... Estamos desarrolando con creces la virtud de la paciencia en este viaje.
Llegamos a Sucre, nos instalamos en un céntrico hostal, dormimos 2 horitas en posición horizontal, nos duchamos y salimos a recorrer las calles. Cómo no, el mercado nos atrapa: "¿ qué va a llevar, joven?"; "vengan, vengan! hay sopa de maní, chicharrón, majadito, tallarín con pollo!"; "comprame platanitos..."; "¿qué andan buscando?"; "ensaladita de frutas le daré, batido multivitamínico, pasen, pasen!"; "hay choripan, sanwich de palta con huevo, mate de coca, café, tomen asiento, ahisito nomás!"... Las voces de las mamitas no cesan en todo el día. Se respira la navidad, hay muchos puestos de juguetes, dulces navideños (el panetone y el roscón), árboles y adornos, belenes, villancicos (versión cumbia! socorrooo!!)
La ciudad es bonita, alrededor de la plaza 25 de mayo (fecha en que se logró la libertad en la guerra de independencia gracias al mariscal Sucre) se encuentran los edificios más importantes, todos de estilo colonial, que hoy en día hacen la función de iglesias y museos. También se ve a muchísima gente mendigando, tirada en la calle...uf!! son imágenes de 2 segundos que se clavan en la mente para toda la vida.
El día de nochebuena por la mañana viajamos a Potosí. llegamos a mediodía, nos instalamos y cogemos un micro que nos lleva al centro. Comemos una sopa en los comedores del mercado y después nos vamos hacia la Casa de la Moneda. Mala suerte: en la puerta hay un cartel que dice que va a esta cerrado 2 días por las fiestas navideñas, y justo ese es el tiempo que nos vamos a quedar... Es una pena porque dentro hay un museo del que todo el mundo habla, que cuenta la historia de la ciudad, tan importante durante la colonización con su imponente Cerro Rico, llenito de plata por fuera y por dentro, y también de cómo se empezaron a cuñar las primeras monedas en el continente. todavía hoy se sigue explotando el cerro, al pobrecito le están sacando las entrañas los sufridos mineros, que trabajan en durísimas condiciones por un sueldo de mierda. Justamente vemos una manifestación en la plaza central: para hacerse oir, estallan dinamita en las calles.
Nuestra cena de nochebuena consiste en una rica ensalada de frutas con yogur, pero poco puede comer Rober: le agarra un virus o algo así y se pasa la noche de cagaleras y vómitos...menuda nochebuena!
Al día siguiente, Navidad, como Rober está hecho polvo, nos pasamos la mañana sentados en un banco de la plaza viendo a los niños "bien" estrenando sus regalos de papá noel mientras los niños de la calle les observan con atención. Viva imagen de la desigualdad social latinoamericana.
Por la tarde cogemos el bus hacia Tarija y llegamos al día siguiente a las 6 de la mañana después de 11 h de carretera de piedras. Sin comentarios... Nos acomodamos en un alojamiento familiar y descansamos un rato. Después salimos a recorrer el centro de la ciudad: es el lugar con más gente de piel blanca que hemos visto en el país, aunque la mayoría sigue siendo indígenas. Por fin dejamos atrás el frío y el mal de altura, ciudad tranquila entre montañas, con ese particular trajineo de la gente boliviana, unos venden, otros compran, otros piden; viven, sobreviven, dejan que la vida pase sin más...
Al día siguiente nos vamos en micro a un pueblecito cercano llamado Coimata y pasamos el día en las montañas (cordillera de Sama), junto al río y los saltos de agua. Subimos 3 km por la quebrada, entre espesa vegetación, y en medio de dos cerros admiramos un salto de 3o m, espectacular. Ya teníamos ganas de naturaleza, las ciudades en Bolivia son muy pesadas. El humo que tiran los tubos de escape es irrespirable. La mayoría de los autos son viejos y no pasan ningún tipo de control. A veces tenemos que ir con media cara tapada con la chaqueta para no respirar esa porquería.
Y en fin, al día siguiente el virus me agarra a mí, igualitos síntomas que Rober, un día y medio largando residuos corporales, malestar, dolor de huesos... Depuración, al fin y al cabo, nada más grave que eso...
(FOTOS: 1) Coimata;
2) Tarija;
3) Potosí, Cerro Rico al fondo;
4) mamita e hijita;
5)mercado central de Sucre)